Dueño de una tienda de complementos en la Gran Vía de la localidad y apasionado del fútbol y las fiestas, falleció el pasado lunes a los 75 años
Informa Enrique Soler.- Caravaca amaneció el pasado lunes con la triste noticia de la perdida de Juan Navarro Sánchez, o como era conocido por toda la localidad, ´Juanito Fantasía´, que falleció a los 75 años de edad a causa de un derrame cerebral. ´Juanito´, que regentó durante toda su vida una tienda de complementos en la Gran Vía, fue una persona muy activa dentro de la sociedad caravaqueña. Componente del Bando Cristiano, perteneció al Grupo Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, del que tenía la distinción de Grande de San Juan por toda una vida al servicio de las costumbres populares. De hecho, presenció en primera persona la evolución de la fiesta y su renovación hasta nuestros días.
Fiel seguidor del Caravaca C.F. durante toda su historia, se sentía orgulloso de poder decir que era el socio número 1, el más antiguo. Vivió las
etapas dulces y amargas del club de la ciudad y no renunciaba por nada a su cita quincenal al Antonio Martínez, ´El Morao´, para disfrutar del equipo de sus amores.
Siempre acompañado de la prensa diaria, participó en varias directivas del Club, llegando a ser secretario de la entidad blanca. Navarro
Sánchez ya ocupa su sitio reservado en el palco de los hombres sabios y seguro que hoy volvió a saludar al abuelo del Caravaca, ´El Caramelo´, a Manolo, a Antonio y a tantos otros que le precedieron en su marcha y dedicaron muchísimas horas de su vida para que el deporte rey en Caravaca tuviera nombre propio.
Persona crítica y seria, siempre con la verdad por delante y a la cara, no ocultaba su alegría cuando marcaba el equipo local, pero muy especialmente, cuando lo hacía un canterano: «Miradlo, y es del pueblo», repetía desde la grada. Esa frase ya está acuñada en la historia viva del equipo que le dio una penúltima alegría, la de ver ganar a su Caravaca el pasado domingo frente al Melilla. Porque la última fue el poder marcharse como lo hacen los grandes, en silencio y junto a su familia, su esposa Maravillas, con quien compartió toda una vida, y sus cuatro hijos: Juan Antonio, Ángel Luís, Soledad y Pedro. Este último, compañero de los medios de comunicación locales. La misa córpore insepulto para despedirle se celebró ayer.
Informa Enrique Soler.- Caravaca amaneció el pasado lunes con la triste noticia de la perdida de Juan Navarro Sánchez, o como era conocido por toda la localidad, ´Juanito Fantasía´, que falleció a los 75 años de edad a causa de un derrame cerebral. ´Juanito´, que regentó durante toda su vida una tienda de complementos en la Gran Vía, fue una persona muy activa dentro de la sociedad caravaqueña. Componente del Bando Cristiano, perteneció al Grupo Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, del que tenía la distinción de Grande de San Juan por toda una vida al servicio de las costumbres populares. De hecho, presenció en primera persona la evolución de la fiesta y su renovación hasta nuestros días.
Fiel seguidor del Caravaca C.F. durante toda su historia, se sentía orgulloso de poder decir que era el socio número 1, el más antiguo. Vivió las
etapas dulces y amargas del club de la ciudad y no renunciaba por nada a su cita quincenal al Antonio Martínez, ´El Morao´, para disfrutar del equipo de sus amores.
Siempre acompañado de la prensa diaria, participó en varias directivas del Club, llegando a ser secretario de la entidad blanca. Navarro
Sánchez ya ocupa su sitio reservado en el palco de los hombres sabios y seguro que hoy volvió a saludar al abuelo del Caravaca, ´El Caramelo´, a Manolo, a Antonio y a tantos otros que le precedieron en su marcha y dedicaron muchísimas horas de su vida para que el deporte rey en Caravaca tuviera nombre propio.
Persona crítica y seria, siempre con la verdad por delante y a la cara, no ocultaba su alegría cuando marcaba el equipo local, pero muy especialmente, cuando lo hacía un canterano: «Miradlo, y es del pueblo», repetía desde la grada. Esa frase ya está acuñada en la historia viva del equipo que le dio una penúltima alegría, la de ver ganar a su Caravaca el pasado domingo frente al Melilla. Porque la última fue el poder marcharse como lo hacen los grandes, en silencio y junto a su familia, su esposa Maravillas, con quien compartió toda una vida, y sus cuatro hijos: Juan Antonio, Ángel Luís, Soledad y Pedro. Este último, compañero de los medios de comunicación locales. La misa córpore insepulto para despedirle se celebró ayer.
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