El Águilas, rival del Real Jaén el Domingo 
de Resurrección, está viviendo un auténtico 'via crucis'. Sin cabeza visible en el club, con cuatro nóminas adeudadas a la plantilla, un éxodo de futbolistas y una deuda global de 900.000 euros, la sentencia de muerte, salvo milagro en forma de mecenas, parece escrita para final de temporada. Con mayoría de jugadores de la tierra, muchos del juvenil, el centenario equipo, el más veterano de la región de Murcia, lucha porque la desaparición no se haga patente en mitad del campeonato, adulterando así la liga. Cada nuevo partido es un 'match ball'. Hoy habrá otro.
Tras dos días de descanso, la plantilla y cuerpo técnico están citados hoy para volver a los entrenamientos. Antes del primero semanal, los jugadores se reúnen y votan para decidir si se van a presentar al próximo partido, si siguen jugando. Hundidos en el fondo de la tabla y tras el 7-0 recibido en la última jornada en su visita a Caravaca la situación deportiva no es la mejor, pero su amor propio y los ingresos derivados de la posible llegada de un número importante de aficionados blancos al no ser retransmitido el partido Ondajaén, en principio, podría significar unos ingresos extraordinarios que inclinen la balanza hacia el sí. No está asegurado al cien por cien, pero lo más probable es que el domingo en el Rubial haya fútbol.
Otro cantar es el resto de partidos del Águilas, especialmente fuera de casa, con tres desplazamientos largos: Estepona, Lepe y Lucena. Desde la dimisión de la junta gestora en febrero existe un vacío de poder en el club. No hay directiva ni presidente. Los viajes los organizan los propios jugadores con los técnicos y el apoyo de dos concejales, con pequeños pagos de empresarios para acometer gastos.
de Resurrección, está viviendo un auténtico 'via crucis'. Sin cabeza visible en el club, con cuatro nóminas adeudadas a la plantilla, un éxodo de futbolistas y una deuda global de 900.000 euros, la sentencia de muerte, salvo milagro en forma de mecenas, parece escrita para final de temporada. Con mayoría de jugadores de la tierra, muchos del juvenil, el centenario equipo, el más veterano de la región de Murcia, lucha porque la desaparición no se haga patente en mitad del campeonato, adulterando así la liga. Cada nuevo partido es un 'match ball'. Hoy habrá otro.Tras dos días de descanso, la plantilla y cuerpo técnico están citados hoy para volver a los entrenamientos. Antes del primero semanal, los jugadores se reúnen y votan para decidir si se van a presentar al próximo partido, si siguen jugando. Hundidos en el fondo de la tabla y tras el 7-0 recibido en la última jornada en su visita a Caravaca la situación deportiva no es la mejor, pero su amor propio y los ingresos derivados de la posible llegada de un número importante de aficionados blancos al no ser retransmitido el partido Ondajaén, en principio, podría significar unos ingresos extraordinarios que inclinen la balanza hacia el sí. No está asegurado al cien por cien, pero lo más probable es que el domingo en el Rubial haya fútbol.
Otro cantar es el resto de partidos del Águilas, especialmente fuera de casa, con tres desplazamientos largos: Estepona, Lepe y Lucena. Desde la dimisión de la junta gestora en febrero existe un vacío de poder en el club. No hay directiva ni presidente. Los viajes los organizan los propios jugadores con los técnicos y el apoyo de dos concejales, con pequeños pagos de empresarios para acometer gastos.
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